sábado, 4 de agosto de 2012

LA TRIBUNA

Buena cantidad de público en el Alfredo Ramos, con algo más de 1.000 personas para presenciar el debut del equipo. Lo que opacó algo que debería ser una verdadera fiesta fue la decisión de la ministra Nilda Garré de no permitir el ingreso de banderas de más de dos metros por uno. No es la forma de solucionar el tema de la violencia. No son las banderas, el colorido, el folclore los que matan. 

Pese a eso, hubo algunas banderas de alambre y unos mini tirantes que se ataron para que la gente pueda ver el partido desde los paravalanchas. 

El aliento fue de menor a mayor, llegando a picos de muchísimo griterío sobre el final del partido, cuando Estudiantes arrinconó al Cartero en su área.

También estuvo presente la Barra del Tricolor, formalizando la amistad con la hinchada de Colegiales. Sonó en dos ocasiones el "miren miren que locura, miren miren que emoción, son las dos hinchadas juntas la de los carteros la del tricolor". 

Como no podía ser de otra forma, hubo cánticos referidos a la situación del club e insultos a Moyano, Fenochietto y Dalessandro.

Los jugadores rivales más buscados por la hinchada local fueron Soriano, ex Atlanta y Ríos, ex Huracán. 

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